Me siento en el consejo de una empresa de tecnología de la información de atención médica, y he descubierto que es un nexo inusual de talento que se dirige en tres direcciones: atención médica, tecnología y finanzas. El equipo es excepcionalmente brillante y talentoso, pero depende del rol de cada individuo, potencialmente motivado por diferentes objetivos.
Los antiguos administradores y supervisores del departamento del hospital que ahora trabajan en el desarrollo de productos y / o roles de desarrollo comercial ven el producto como una herramienta para rastrear a los pacientes y administrar el flujo de trabajo. Mientras tanto, el equipo de desarrollo de software puede estar interesado en hacer la transición a una nueva plataforma o desarrollar nuevas características que pagarán dividendos en el futuro, pero que son menos críticas hoy en día. El desafío es asegurarse de que estos grupos se comuniquen. La tecnología genial tiene poco valor si la entrada del usuario no guía la dirección. Y luego está la búsqueda de ganancias. En una reunión de la junta, a veces puede parecer que se requieren tres idiomas diferentes para resolver un crecimiento sostenible y rentable.
Se puede encontrar una gran descripción de esta dinámica en el libro To Pixar and Beyond del ex director financiero de Pixar, Lawrence Levy:
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Quizás sea fácil mirar los logros cinematográficos de Pixar e imaginar que surgieron en un resplandor de gloria creativa, que Pixar fue creado como una utopía artística y narrativa. Esta no fue mi experiencia al respecto. La fabricación de Pixar fue más parecida a la molienda a alta presión de placas tectónicas que empujan nuevas montañas. Una de esas placas llevaba las intensas presiones de la innovación: el impulso de la excelencia artística y creativa en la narración de cuentos y la invención de un nuevo medio, la animación por computadora, a través del cual expresarlo. El otro de esos platos llevaba las presiones de supervivencia del mundo real: recaudar dinero, vender entradas para el cine, aumentar el ritmo de producción. Estas dos fuerzas se mueven incesantemente entre sí, causando muchos terremotos y réplicas.
La conclusión es que la comunicación es primordial, y la cultura debe ser adoptada por todos los involucrados. Se requiere respeto y paciencia cuando tiene que explicar simplemente lo que necesita de un colega igualmente inteligente que opera en una esfera diferente de experiencia. El grupo con el que tengo el privilegio de trabajar es excelente en esta capacidad.
Como anécdota, al principio cuando estábamos haciendo nuevas contrataciones, se sugirió al equipo de desarrollo de software que comenzaran a pasar más tiempo en los hospitales observando cómo se usa el producto. En este proceso, uno de los desarrolladores notó que cada vez que llegaba un nuevo paciente, una enfermera tomaba una foto del paciente con una cámara digital, se conectaba a una computadora, imprimía la imagen y luego la escaneaba en el sistema. Después de ver esto varias veces, el desarrollador se acercó a la enfermera y le preguntó si le gustaría una función que le permitiera tomar la foto con una tableta directamente en la aplicación. La modificación más simple marcó la diferencia en las actividades diarias de la enfermera.
La enfermera no sabía que era una opción hacer una solicitud de este tipo, y el equipo de desarrollo nunca se habría dado cuenta de la carga que suponía sin tomarse el tiempo para observar en silencio cómo se utiliza el producto. No siempre son las soluciones complejas las que marcan la diferencia.