Si aún sigue los procesos tradicionales de calificación numérica de sus empleados anualmente, es posible que deba renovar su proceso de gestión del desempeño. Este es el por qué.
El 89% de las organizaciones encuestadas han cambiado recientemente su estrategia de gestión del desempeño (Global Human Capital Trends Report, 2015).
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Las prácticas tradicionales de gestión del desempeño se centran en revisiones anuales o bianuales. Sin embargo, las empresas de todo el mundo se han dado cuenta de que el efecto de tales prácticas tradicionales no ha sido muy positivo. Los procesos tradicionales consisten en establecer metas y objetivos a largo plazo, lo que no responde a la naturaleza dinámica de las organizaciones. Las revisiones anuales requieren que los gerentes califiquen a sus empleados según criterios específicos, en función de su desempeño general del año. Algunas compañías incluso usan clasificaciones forzadas para cuantificar el rendimiento. Las calificaciones numéricas como tales pueden tener un impacto negativo en el compromiso de los empleados y la confianza en sí mismo de su personal.
Es posible que se requiera un nuevo modelo que brinde retroalimentación en tiempo real y proporcione una forma de establecer metas y objetivos de manera continua. Aquí hay algunas estrategias que podría seguir:
1. Deje que los empleados se revisen a sí mismos : la gestión del desempeño no debe consistir en que los gerentes revisen a sus empleados y les den puntajes numéricos. De hecho, la gestión del desempeño ni siquiera debería ser responsabilidad de un gerente.
El 30% de las revisiones de desempeño terminan en una disminución del desempeño de los empleados.
Los empleados deben hacerse cargo y hablar sobre cómo se ven y quieren mejorar. Evaluar las habilidades de otra persona puede producir datos inconsistentes.
2. Construir relaciones : los empleados, especialmente la fuerza laboral milenaria, prefieren ser parte de una organización que les ofrece flexibilidad en términos de su propio crecimiento y no los somete a las atrocidades de sus gerentes. Por eso es importante que se concentre en construir una buena relación entre sus empleados, independientemente de sus puestos.
3. Mecanismos rápidos y más eficientes :
Los procesos tradicionales requieren mucho tiempo y necesitan ser renovados. ¡Se dedica mucho tiempo a actividades cotidianas como completar los formularios, celebrar las reuniones y crear las clasificaciones consumidas cerca de 2 millones de horas por año! En lugar de dedicar mucho tiempo a tales prácticas, la inversión de tiempo debería cambiarse para lograr un proceso más rápido.
4. Rendimiento de combustible
Solo el 8% de las empresas informan que su proceso de gestión del rendimiento genera altos niveles de valor, mientras que el 58% dijo que no es un uso efectivo del tiempo.
Para mejorar el rendimiento, deberá garantizar la transparencia y proporcionar un entorno para comentarios y revisiones continuas. Debe realizar verificaciones periódicas con cada miembro del equipo sobre su trabajo y sus emociones. Estas breves conversaciones siempre son útiles, ya que los líderes de los equipos pueden comprender las necesidades exactas de aquellos empleados que no pueden cumplir sus objetivos y la razón de los mismos. Ciertos problemas pueden resolverse en el acto, dando así a los empleados un espacio para crecer en su frente de trabajo. Dichas interacciones también se pueden utilizar para dar objetivos a cada empleado, preguntándoles cómo planean lograr su mejor desempeño en los próximos días y comprender las fortalezas que caracterizan a los mejores equipos.
5. Eliminación completa de clasificaciones
Dos tercios de los sistemas de gestión del rendimiento identifican erróneamente a los de alto rendimiento.
Las clasificaciones numéricas no son una forma muy efectiva de motivar a los empleados. De hecho, han demostrado ser perjudiciales para capacitar a los empleados para que piensen mejor de sí mismos y mejoren su desempeño. La clasificación de los empleados es principalmente subjetiva y puede llevar a comparaciones poco saludables y amargura entre los empleados. Los empleados deben saber cómo se desempeñan individualmente y no cómo les ha ido en comparación con sus colegas.