Muchas sociedades valorarán a una persona algo talentosa con una increíble ética de trabajo más que a un genio desmotivado o desenfocado de algún tipo. Pero tener ambos es lo que realmente importa.
No es un concurso entre Ética Laboral y Talento. Ambos son necesarios y ninguno supera al otro desde mi punto de vista. Una pregunta diferente y potencialmente más útil es “¿cómo se complementan la ética laboral y el talento?”
El esfuerzo enfocado (ética de trabajo) en áreas de talento conduce a la excelencia.
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El esfuerzo enfocado en áreas en áreas sin fortalezas (ausencia de talento) en última instancia puede conducir al agotamiento. Pretender ser algo que no eres requiere mucho esfuerzo.
Estoy de acuerdo con otras respuestas en que, en algunas situaciones, una puede ser más ventajosa que la otra. El esfuerzo de fuerza bruta y la pura determinación (manifestaciones de ética de trabajo) se pueden mantener por cortos períodos de tiempo y pueden compensar el talento, la experiencia o la habilidad. No eficiente, pero efectivo en explosiones. Lograr algo sin esfuerzo a través de puro talento también puede conducir a excelentes resultados en algunas situaciones.
El talento sin motivación generalmente no conduce a nada más que a un potencial no realizado. El talento desperdiciado frustra, más que inspira, a otros. La ética de trabajo sin enfoque y el talento subyacente en realidad pueden generar más desperdicio que productividad.
Espero que esto ayude.